martes, 14 de abril de 2015

Sus Reseñas

Tal vez igual que ayer



Claudia abandona su pequeña localidad natal en España con dieciocho años, una vieja maleta y muy poco dinero en el bolsillo. Llega a Londres, una ciudad donde todo le es desconocido, aunque con la ayuda de Henry Campbell, que será mucho más que un padre para ella, conseguirá salir adelante.
Unos años más tarde, sin desearlo y sin haberlo buscado, el destino pone a su alcance la oportunidad de vengarse de aquellos que la ningunearon y despreciaron, incluido el hombre al que jamás pudo olvidar.










Tal y como soy



Ryan trabaja como guionista en una exitosa serie de televisión. Allí da rienda suelta a su creatividad, pero siempre intentando no salirse de los convencionalismos. Pero en su vida privada es muy diferente: rompe con las normas establecidas ya que no está dispuesto a que nadie le dicte qué se puede o no se puede hacer. Y menos aún en lo que se refiere a su sexualidad, basada en un único principio: la alternancia.

Para ello, nada mejor que dejar fuera del dormitorio las cuestiones sentimentales, pues de esa forma le resulta mucho más sencillo mirar hacia delante. Sólo una vez se saltó esa norma y tiene muy claro que no volverá a dejarse llevar por sus sentimientos.

¿Quién estaría dispuesta a aceptar una relación en esos términos?

 









Treinta noches con Olivia



Una perfecta combinación de amor, erotismo y grandes dosis de humor.

Olivia quiere dar un giro a su monótona vida y buscar nuevas experiencias. Ella ansía vivir una aventura y liberarse de los cánones establecidos. Pero en el pequeño pueblo de Burgos en el que reside no abundan los hombres.

La oportunidad de dar rienda suelta a sus fantasías se le presenta cuando aparece Thomas, un inglés estirado y prepotente al que ella no soporta, pero por el que se siente tentada y atraída.

Las cosas se complican hasta tal punto que lo que iba a ser un apacible mes de agosto termina desembocando en un tormentoso y ardiente verano, en el que tanto Olivia como Thomas descubrirán que nadie es lo que parece...













En tus brazos



Nicole lleva una vida que desean muchas mujeres de su edad: tiene una familia perfecta, un novio ideal y una carrera exitosa como abogada. Suele caer bien a la gente y nunca se desvía del camino correcto. Pero tras ese mundo modélico se esconde la verdadera Nicole: una mujer infeliz que anhela por encima de todas las cosas una noche de pasión y desenfreno que la haga temblar de placer…  




 








Abrazame



Nicole es la mujer perfecta: educada, sofisticada, trabajadora…

¿Qué más se puede pedir?

Pues un novio muy sexy, aunque sea imperfecto, gruñón y tenga poca paciencia.

Por fin puede disfrutar de una relación de pareja en la que no tiene cabida la planificación, la rutina y mucho menos el aburrimiento aunque no todo va a ser de color rosa. Ahora le toca convivir con un hombre que la vuelve loca pero que tiene una peculiar forma de ser.

¿Por qué cuando parece que todo empieza a encajar tiene que aparecer alguien dispuesto a fastidiar?










 Quiero lo mismo que tu





Helen está deprimida; sólo quiere encerrarse en casa, atiborrarse de calorías y escuchar música romanticona.
Resignada, traza nuevos objetivos, empezando por buscar un empleo en el que el jefe (condición indispensable) no sea atractivo, en el que pueda pasar desapercibida y en el que, además, se valore su esfuerzo.
Así que cuando encuentra un puesto hecho a su medida, cree que su vida recuperará, por fin, la normalidad, pero, de nuevo, el universo se alía en su contra y se empeña en estropearlo todo.
¿Qué ocurre cuando por casualidad tropiezas con un ídolo de tu adolescencia y lo achicharras con el café?
¿Qué puedes hacer cuando tienes de vecino al tipo más atractivo y metomentodo del mundo?
¿Por qué nadie entiende tu cambio de look y todos cuestionan tu ropa?
¿Cómo te las apañas para aguantar los caprichos de una rubia famosilla?
¿Quién es capaz de trabajar con el tipo más narcisista del planeta?














No me mires asi



No se puede tener de todo en esta vida y cuanto antes se asuma, mejor.

Esta extraña filosofía es la que Wella lleva a la práctica en su día a día. Centrada en su trabajo, medio enamorada de su compañero y evitando a toda costa ser arrastrada por su amiga a una vida social en la que no termina de sentirse cómoda.












A ciegas



Luke Adams es un agente de policía a punto de cumplir cuarenta años, está divorciado y lleva un estilo de vida más o menos organizado que no se plantea cambiar. Sin embargo, tiene una fantasía pendiente: seducir de una vez por todas a Dora, una rubia esquiva y descarada que lleva rechazándolo demasiado tiempo.

Pero mientras aguarda a que ella caiga rendida a sus encantos, el comportamiento de Luke está lejos de ser el de un monje... Se entretiene con amigas dispuestas a pasar un buen rato, y a las que siempre deja muy claro que no han de esperar nada más de él, porque tarde o temprano su deseo se hará realidad.

 










Dime Cuándo, Cómo y Dónde 




«Me gusta el sexo. Y mucho.

También me gusta pensar que sólo hay tres formas de obtenerlo: la más común, quizá, sea tener un novio o marido que te satisfaga; la otra, obviamente, pagar por ello y, por último, ocuparse una misma del asunto.

Trabajo como relaciones públicas en una importante empresa de perfumería, y esto me da la independencia necesaria para hacer y deshacer a mi antojo y tener absoluta libertad para elegir a mis amantes. Quiero pasión, y no hay nada más eficaz para adormecerla que una relación estable. Sin embargo, con Ian me pasó algo muy curioso: no conseguí olvidarlo, por lo que cuando nos reencontramos, las chispas entre ambos saltaron con más fuerza que nunca. Estoy convencida de que nuestro juego no ha hecho más que comenzar…»
 













Desátame



Carla es un auténtico desastre, y para rematar la faena se ve envuelta en un turbio asunto en el que Aidan, un policía con aires de don perfecto al que detesta, interviene para defenderla. Lo que el chico de oro ignora cuando se presta a ayudarla a salir del bache, es que ella es una mujer de armas tomar...






  



Divorcio



Un matrimonio con fecha de caducidad, sin desilusiones, sin discusiones y sin dolores de cabeza. Un matrimonio con una definición muy amplia de lo correcto.

Una chica perteneciente a una familia aristocrática venida a menos porque su padre no ha sabido o no ha querido adaptarse a los nuevos tiempos tiene que casarse con uno de esos que llaman “nuevos ricos". Ella, que no piensa en el matrimonio, intenta buscar una salida pero todo parece en su contra, así que Maddy termina casada con un banquero.
Para su sorpresa él aceptará sus propuestas a cambio de que ella sólo cumpla un objetivo: ser la esposa trofeo de buena cuna que él necesita para ser aceptado en ciertos círculos.
Así convivirán durante un tiempo, cada uno llevando vida independiente, como muchos otros matrimonios, sólo que en su caso no es producto de la desilusión o el desgaste sino de un mero acuerdo.

Su convivencia será un simple trámite hasta que él pueda encontrar la forma de romper el acuerdo prematrimonial y liberar a ambos.












A contracorriente




Para una mujer como Samantha, recibir propuestas de matrimonio es como el pan nuestro de cada día. Ella sabe perfectamente cuál es el motivo por el que despierta tanto interés. Es la heredera que puede ayudar a un don nadie a dar un salto cualitativo en el escalafón social o sencillamente aportar una buena dote a algún otro heredero deseoso de aumentar su riqueza. Pero es consciente de que ninguno de la larga fila de «pasmarotes sin sangre» que la invitan a salir ve más allá, no la ven como la mujer que es. Por lo que rechaza diplomáticamente sus propuestas y se ha resignado a estar sola. Hasta que tropieza con un hombre que es todo lo contrario a lo que está acostumbrada. No es para nada amable, ni considerado, ni la llevará a cenar ni mucho menos al altar. ¡Es perfecto!
 












A media luz




No es fácil para Tina, una mujer sin apenas recursos y sola, dedicarse a una profesión considerada de “hombres” Con un estudio de fotografía ruinoso y otros trabajos intenta sobrevivir a duras penas. Por eso Tina, cuando todo se le pone cuesta arriba, tiene que aceptar un matrimonio de conveniencia y renunciar a uno de sus sueños. Y ahora, cuando por fin uno de sus mayores sueños va a hacerse realidad, reaparece en su vida alguien que ha intentado olvidar por todos los medios.
Alfred está acostumbrado a la buena vida y ahora, liberado de la presión que supone ser el heredero gracias a su hermana, puede dedicarse a su verdadera vocación, pese al enfrentamiento que eso le supone con su progenitor.
Ha llevado una vida bastante licenciosa aunque poco a poco está dejando atrás esa existencia para centrarse en su profesión. Pero cuando todo parece normalizado, un descuido del pasado puede situarle en el escándalo, algo que debe impedir por todos los medios, aunque para ello primero tenga que hacer memoria.










   

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