Tal vez igual que ayer
Claudia abandona su pequeña localidad natal
en España con dieciocho años, una vieja maleta y muy poco dinero en el
bolsillo. Llega a Londres, una ciudad donde todo le es desconocido,
aunque con la ayuda de Henry Campbell, que será mucho más que un padre
para ella, conseguirá salir adelante.
Unos años más tarde, sin desearlo y sin haberlo buscado, el destino pone
a su alcance la oportunidad de vengarse de aquellos que la ningunearon y
despreciaron, incluido el hombre al que jamás pudo olvidar.
Tal y como soy
Ryan trabaja como guionista en una exitosa
serie de televisión. Allí da rienda suelta a su creatividad, pero
siempre intentando no salirse de los convencionalismos. Pero en su vida
privada es muy diferente: rompe con las normas establecidas ya que no
está dispuesto a que nadie le dicte qué se puede o no se puede hacer. Y
menos aún en lo que se refiere a su sexualidad, basada en un único
principio: la alternancia.
Para ello, nada mejor que dejar fuera del dormitorio las cuestiones
sentimentales, pues de esa forma le resulta mucho más sencillo mirar
hacia delante. Sólo una vez se saltó esa norma y tiene muy claro que no
volverá a dejarse llevar por sus sentimientos.
¿Quién estaría dispuesta a aceptar una relación en esos términos?
Treinta noches con Olivia
Una perfecta combinación de amor, erotismo y grandes dosis de humor.
Olivia quiere dar un giro a su monótona vida y buscar nuevas
experiencias. Ella ansía vivir una aventura y liberarse de los cánones
establecidos. Pero en el pequeño pueblo de Burgos en el que reside no
abundan los hombres.
La oportunidad de dar rienda suelta a sus fantasías se le presenta
cuando aparece Thomas, un inglés estirado y prepotente al que ella no
soporta, pero por el que se siente tentada y atraída.
Las cosas se complican hasta tal punto que lo que iba a ser un
apacible mes de agosto termina desembocando en un tormentoso y ardiente
verano, en el que tanto Olivia como Thomas descubrirán que nadie es lo
que parece...
En tus brazos
Nicole lleva una vida que desean muchas
mujeres de su edad: tiene una familia perfecta, un novio ideal y una
carrera exitosa como abogada. Suele caer bien a la gente y nunca se
desvía del camino correcto. Pero tras ese mundo modélico se esconde la
verdadera Nicole: una mujer infeliz que anhela por encima de todas las
cosas una noche de pasión y desenfreno que la haga temblar de placer…
Abrazame
Nicole es la mujer perfecta: educada, sofisticada, trabajadora…
¿Qué más se puede pedir?
Pues un novio muy sexy, aunque sea imperfecto, gruñón y tenga poca paciencia.
Por fin puede disfrutar de una relación de pareja en la que no tiene
cabida la planificación, la rutina y mucho menos el aburrimiento aunque
no todo va a ser de color rosa. Ahora le toca convivir con un hombre
que la vuelve loca pero que tiene una peculiar forma de ser.
¿Por qué cuando parece que todo empieza a encajar tiene que aparecer alguien dispuesto a fastidiar?
Quiero lo mismo que tu
Helen está deprimida; sólo quiere encerrarse en casa, atiborrarse de calorías y escuchar música romanticona.
Resignada, traza nuevos objetivos, empezando por buscar un empleo en
el que el jefe (condición indispensable) no sea atractivo, en el que
pueda pasar desapercibida y en el que, además, se valore su esfuerzo.
Así que cuando encuentra un puesto hecho a su medida, cree que su
vida recuperará, por fin, la normalidad, pero, de nuevo, el universo se
alía en su contra y se empeña en estropearlo todo.
¿Qué ocurre cuando por casualidad tropiezas con un ídolo de tu adolescencia y lo achicharras con el café?
¿Qué puedes hacer cuando tienes de vecino al tipo más atractivo y metomentodo del mundo?
¿Por qué nadie entiende tu cambio de look y todos cuestionan tu ropa?
¿Cómo te las apañas para aguantar los caprichos de una rubia famosilla?
¿Quién es capaz de trabajar con el tipo más narcisista del planeta?
No me mires asi
No se puede tener de todo en esta vida y cuanto antes se asuma, mejor.
Esta extraña filosofía es la que Wella lleva a la práctica en su día
a día. Centrada en su trabajo, medio enamorada de su compañero y
evitando a toda costa ser arrastrada por su amiga a una vida social en
la que no termina de sentirse cómoda.
A ciegas
Luke Adams es un agente de policía a punto
de cumplir cuarenta años, está divorciado y lleva un estilo de vida más o
menos organizado que no se plantea cambiar. Sin embargo, tiene una
fantasía pendiente: seducir de una vez por todas a Dora, una rubia
esquiva y descarada que lleva rechazándolo demasiado tiempo.
Pero mientras aguarda a que ella caiga rendida a sus encantos, el
comportamiento de Luke está lejos de ser el de un monje... Se entretiene
con amigas dispuestas a pasar un buen rato, y a las que siempre deja
muy claro que no han de esperar nada más de él, porque tarde o temprano
su deseo se hará realidad.
Dime Cuándo, Cómo y Dónde
«Me gusta el sexo. Y mucho.
También me gusta pensar que sólo hay tres formas de obtenerlo: la
más común, quizá, sea tener un novio o marido que te satisfaga; la otra,
obviamente, pagar por ello y, por último, ocuparse una misma del
asunto.
Trabajo como relaciones públicas en una importante empresa de
perfumería, y esto me da la independencia necesaria para hacer y
deshacer a mi antojo y tener absoluta libertad para elegir a mis
amantes. Quiero pasión, y no hay nada más eficaz para adormecerla que
una relación estable. Sin embargo, con Ian me pasó algo muy curioso: no
conseguí olvidarlo, por lo que cuando nos reencontramos, las chispas
entre ambos saltaron con más fuerza que nunca. Estoy convencida de que
nuestro juego no ha hecho más que comenzar…»
Desátame
Carla es un auténtico desastre, y para
rematar la faena se ve envuelta en un turbio asunto en el que Aidan, un
policía con aires de don perfecto al que detesta, interviene para
defenderla. Lo que el chico de oro ignora cuando se presta a ayudarla a
salir del bache, es que ella es una mujer de armas tomar...
Divorcio
Un matrimonio con fecha de caducidad, sin
desilusiones, sin discusiones y sin dolores de cabeza. Un matrimonio con
una definición muy amplia de lo correcto.
Una chica perteneciente a una familia aristocrática venida a menos
porque su padre no ha sabido o no ha querido adaptarse a los nuevos
tiempos tiene que casarse con uno de esos que llaman “nuevos ricos".
Ella, que no piensa en el matrimonio, intenta buscar una salida pero
todo parece en su contra, así que Maddy termina casada con un banquero.
Para su sorpresa él aceptará sus propuestas a cambio de que ella
sólo cumpla un objetivo: ser la esposa trofeo de buena cuna que él
necesita para ser aceptado en ciertos círculos.
Así convivirán durante un tiempo, cada uno llevando vida
independiente, como muchos otros matrimonios, sólo que en su caso no es
producto de la desilusión o el desgaste sino de un mero acuerdo.
Su convivencia será un simple trámite hasta que él pueda encontrar
la forma de romper el acuerdo prematrimonial y liberar a ambos.
A contracorriente
Para una mujer como Samantha, recibir
propuestas de matrimonio es como el pan nuestro de cada día. Ella sabe
perfectamente cuál es el motivo por el que despierta tanto interés. Es
la heredera que puede ayudar a un don nadie a dar un salto cualitativo
en el escalafón social o sencillamente aportar una buena dote a algún
otro heredero deseoso de aumentar su riqueza. Pero es consciente de que
ninguno de la larga fila de «pasmarotes sin sangre» que la invitan a
salir ve más allá, no la ven como la mujer que es. Por lo que rechaza
diplomáticamente sus propuestas y se ha resignado a estar sola. Hasta
que tropieza con un hombre que es todo lo contrario a lo que está
acostumbrada. No es para nada amable, ni considerado, ni la llevará a
cenar ni mucho menos al altar. ¡Es perfecto!
A media luz
No es fácil para Tina, una mujer sin apenas
recursos y sola, dedicarse a una profesión considerada de “hombres” Con
un estudio de fotografía ruinoso y otros trabajos intenta sobrevivir a
duras penas. Por eso Tina, cuando todo se le pone cuesta arriba, tiene
que aceptar un matrimonio de conveniencia y renunciar a uno de sus
sueños. Y ahora, cuando por fin uno de sus mayores sueños va a hacerse
realidad, reaparece en su vida alguien que ha intentado olvidar por
todos los medios.
Alfred está acostumbrado a la buena vida y ahora, liberado de la
presión que supone ser el heredero gracias a su hermana, puede dedicarse
a su verdadera vocación, pese al enfrentamiento que eso le supone con
su progenitor.
Ha llevado una vida bastante licenciosa aunque poco a poco está
dejando atrás esa existencia para centrarse en su profesión. Pero cuando
todo parece normalizado, un descuido del pasado puede situarle en el
escándalo, algo que debe impedir por todos los medios, aunque para ello
primero tenga que hacer memoria.
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