Cantos de una sirena: Ariel II de Rachel Bels
¿Qué hago después de que mi mejor amigo me dé un ultimátum y Eric
desaparezca tras descubrir la peor parte de mí? Huir. Marcharme a
Fuerteventura y comenzar una nueva vida. Nuevo hogar, nuevo trabajo,
nuevos amigos. El propósito inicial de este viaje es tomar una decisión
al respecto de todo lo ocurrido, aunque sin prisa, logrando en estos
casi tres meses hacer incluso callar a Úrsula. Pero irme a vivir a casa
de mamá tiene un hándicap, que te obliga a ver todo eso que no quieres,
empujándote sí o sí de vuelta a casa (a la de verdad), porque al parecer
no hago más que dar palos de ciego y mi lugar no está en esta isla.
La
vuelta a Tenerife no se me presenta nada fácil, pero tras una
reveladora conversación con mi madre, decido que va a suponer un antes y
un después y que, por primera vez, voy a empezar a hacer las cosas
bien. Y, para ello, hay dos personas con las que necesito hablar: Eric,
del que no he sabido nada desde que encontré ese sobre en el buzón de mi
casa y Sebas, al que he ignorado intencionadamente durante estos
últimos meses. Además, Cantos de sirena está a punto de disolverse y
hace falta tomar una decisión al respecto. Todo esto requiere de mí que
haga eso que tan poco me gusta hacer: enfrentar.
Muchas
cosas van a suceder, pero, probablemente, el suceso más importante de
esta etapa de mi vida será un viaje que me veré obligada a hacer que,
para bien o para mal, lo cambiará todo para siempre.
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